La basura de unas… tesoro de muchas por Paula Gray
vía Quinta trends de Sofía el 21/05/10
Años atrás me encontré en Bergdorf Goodman enamorada de unas gasas exquisitas y sedas dándole vida a hermosos vestidos colgando de un perchero; fue amor a primera vista. Cuando vi su etiqueta decía "Trash Couture" en una label de organiza estampada y con unas tipografía que parecía salir de un libro del renacimiento.
Me llamó la atención la palabra "trash" en una prenda tan high fashion, delicadamente terminada y de exquisita calidad. Desde entonces me convertí en fiel seguidora de sus maravillosos vestidos, colecciones y evolución como marca pro environmental.
Trash Couture, oportunamente dejó a muchos sin habla y fue la misma cadena CNN que le dedicó un reportaje sobre la innovación en la alta costura con la reutilización de telas y avíos entre noticias de economía, política y finanzas.
La marca originariamente perteneció a la dupla de la escandinava Ann Wiberg y Roberto Henrichsen (quien venía de la escuela nada menos que de Blumarine y Missoni) y reinició en 2002 a cargo de su fundadora Ann y su socia Nanna löwe quienes en la actualidad reparten su tiempo en su atelier de París, Londres y el Ballroom de 250 m2 en Copenhagem.
Sus colecciones están plagadas de corsages, finas aplicaciones de piedras semi preciosas y puntillas vintage; y si bien sus vestidos más armados son dramáticamente fashion y monocromáticos; lo que más rescato de sus colecciones son los versátiles y chic vestidos lánguidos ideales para un cóctel como para una boda en sedas y gasas estampadas. Trash Couture trabaja principalmente telas livianas y ya han sumado telas ecológicas en sus colecciones. Sus prendas están llenas de personalidad y la dedicación se refleja en cada uno de ellos; lo que ha sido valorado por editoriales, buyers y estrellas como Penélope Cruz o Kirsten Dunst.
Trash Couture hoy es una marca de lujo, atrás quedo su faceta mas indie en la que Ann Wiberg se asomaba a experimentar con vestidos vintage. La marca cuenta con presencia en pasarelas de Ethical Fashion en Londres y ya ha expuesto en el Fashion Institute of Technology de NY.
Trash Couture es una regresión a "modas pasadas" y si bien su sede está en París (donde les aseguro que sera la misma Ann quien las reciba en su atelier) ya es comercializada en el piso, donde juegan las ligas mayores de la moda en las principales ciudades del mundo con precios que rondan los u$s850; y sigue redoblando la apuesta con su línea para novias.
Les dejo la tarea por estas latitudes de encontrar "basuras" como estas en algún perchero (lleno de magia y encanto!) y una vez más con un guiño les digo que la haute couture también puede ser sustentables. Buen fin de semana para todas y ya saben; la próxima vez que quieran desechar una prenda, tal vez alguna de nosotras termine rescatándola y reciclándola!
*Paula Gray es diseñadora y trabaja con la premisa del slow fashion y eco couture. Elegida por la Revista ELLE México en los "12 Diseñadores Ecologistas" y dentro de "Las 100 Argentinas que marcan Tendencia" en 2006. Colabora con el Proyecto Social Consuma Dignidad. Ha vestido a personalidades como Esther Cañadas y paralelamente al desarrollo de su marca imparte workshops de diseño sustentable.
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